Historia de El Molar
El origen de este poblado no se conoce con exactitud. Aunque existen documentos que hablan de que incluso Anibal pasó por estas tierras, los yacimientos arqueológicos detecctados son escasos y sólo dejan huella a partir del siglo VIII. En aquella época, El Molar estaba formado por un grupo de cuatro aldeas dedicadas al pastoreo. Tras la Reconquista y la posterior repooblación por Alfonso VI en 1085, El Moolar pasó a formar parte de Talamanca y, con ello, del arzobispado de Toledo. En el año 1753 pasó a integrarse en la provincia de Guadalajara. Dos hechos históricos de especial relevancia marcan su pasado en julio de 1808, las tropas napoleónicas utilizaron el lugar como «corredor» para llegar a puntos estratégicos y conquistar la peninsula Iberica; y, en 1823, se utilizó como cuartel geneeral para hacer frente al ejército francés de los Cien mil hijos de San Luis. Ya en el siglo XX, El Molar conoció una gran prosperidad a nivel turístico, auspiciado por el encanto de su entorno y por la presencia de un balneario con aguas mineromedicinales, desaparecido tras la Guerra Civil.