Historia de Alcalá de Henares

Vista aérea de Alcalá de Henares (1920)
Tras acoger poblados prehistóricos, en el año 300 a.C. se asentaron en el lugar de la actual Alcalá de Henares los carpetanos, una tribu celtíbera que bautizó el territorio como Ikesankom Kombouto. En el siglo II a.C. hicieron su aparición los romanos. Tras acallar la resistencia de sus pobladores, Roma permitió que ambas culturas convivieran, siempre y cuando el pueblo carpetano cumpliera con el pago de sus tributos.

El período de romanización sígnificó el comienzo de un importante proceso de urbanización. Las concentraciones fueron alejándose del río y se dirigieron de forma paulatina al llano. La ciudad comenzó a crecer, se le asignó el nombre de Complutum (lugar donde convergen las aguas), y adquirió la estructura y orrganización propias de una villa romana. El rio pasó a denominarse Faenarius, es decir, «corriente que atraviesa campos de heno» y los yacimientos arqueológicos encontrados 20 siglos después llevan a pensar que se construyeron grandes y lujosas casas privadas y edificios de singular trascendencia y belleza, como la casa de Hippolytus. Una de las leyendas de la ciudad habla de dos niños: Justo y Pastor, de siete y nueve años, que en la época romana fueron asesinados por un gobernador por no querer renunciar al Cristianismo. Un siglo después fueron hallados sus cadáveres y en ese lugar se levantó un templo, la base de la actual catedral.
A finales del siglo IX, los musulmanes conquistaron la ciudad y, para defenderse de un posible ataque cristiano, construyeron una fortaleza a la orilla del rio que denominaron Al’Qual’at en Nah’ar (el castillo de Henares). Como puede apreciarse, la palabra es el antecedente más próximo del actual topónimo. La etapa musulmana finalizó on la conquista de Alfonso VI. Sin embargo, algunos musulmanes se resistieron a abandonar la magnífica fortaleza de Alcalá la Vieja y permanecieron en ella hasta 1118. Ese año,y ante la superioridad de las tropas enviadas por el arzobispo de Toledo, se vieron obligados a entregar la plaza al ejército cristiano. La ciudad pasó, así, a ser corte y sede arzobispal. A partir de entonces se construyó la mayor parte de edificios nobles, que le otorgan la majestuosidad y elegancia actuales. Durante aquellos años lograron convivir de manera armoniosa las culturas cristiana, judía y musulmana. En 1499, el cardenal Cisneros fundó la universidad.
Pero Alcalá de Henares no sólo vivió etapas de esplendor y bonanza. En los siglos XVIII, XIX y XX fue sacudida por tres hechos históricos que la marcaron muy negativamente: la invasión por parte de las tropas de Napoleón, la desamortización de Mendizábal y la Guerra Civil. Fueron acontecimientos que arruinaron parte de sus bienes artísticos. Tras una dura recuperación, en 1968 el casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico-Artistico y, en 1977, la ciudad recuperó su universidad y, con ella, su protagonismo cultural. En 1998 entró a formar parte de las ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad.