Palma de Mallorca

La parte más antigua de la ciudad, «la ciudad vieja», mira al Mediterráneo y estuvo cercada por murallas, de las cuales sobreviven las del mawr, con dos puertas. Destaca la Catedral Gótica -comenzada en 1230 y terminada en 1601-, con fachada principal neogótica del XIX. En la fachada del Mar se abre el portal del Mirador, con la Santa Cena en el tímpano, obra del mallorquín Guillermo Sagrera. Entre las capillas, destacan las del Corpus Christi, con retablo barroco, del Santo Cristo, con el sepulcro del obsispo Arnau de Marí; de San Jerónimo; la de los Santos Mártires; de San José, de Nuestra señora de la Clastra y de San Martín.

No son menos importantes los monumentos civiles, entre ellos, la antigua alcazaba -La Almudaina-, con elementos árabes, medievales y renacentistas, la Lonja, gótica, del siglo XVI, con preciosas columnas estriadas en el interior, obra de Guillermo Sagrera; y el Consulat de Mar, con su galería de cinco arcadas. Llaman la atención las casas señoriales, con sus patios, la mayoría pertenecientes a los siglos XVII y XVIII.

Entre sus barrios periféricos destaca El Terreno, con el bosque y el castillo de Bellver, del siglo XIV, de planta y volúmenes circulares, obra singular y única de la arquitectura militar.

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