Valle del Tiétar

Al abrigo de la Sierra de Gredos, «corazón pétreo de España» como lo definió en su día Unamuno, el Valle del Tiétar despliega su sorprendente llanura en la parte más meridional de la provincia de Ávila, dibujando un paisaje que impresiona y cautiva al mismo tiempo.

También conocida como la «Andalucía de Ávila», esta región disfruta de un clima mediterráneo y alberga extensos bosques de coníferas y frondosas, además de vides, olivares e incontables árboles frutales. Los cerezos y la riqueza de sus especies florales son ya una referencia en la provincia abulense para todos sus visitantes.

La zona, que alberga un grado de diversidad biológica de incalculable valor, se antoja como un lugar ideal para escaparse, perderse y disfrutar de una gran variedad de flora y fauna. Numerosos visitantes se acercan al Valle del Tiétar buscando su suave clima, sus grandiosos parajes naturales, su pasado histórico, un respiro del ruido y de la agitación de la ciudad.

Para llegar al Valle se pueden utilizar distintas vías de comunicación, como la N-V (carretera de Extremadura) o la CL-501 (carretera de los Pantanos), que recorre los pueblos de la zona.

Algunas de las localidades más destacadas de la región son Arenas de San Pedro, Sotillo de la Adrada, El Tiemblo, Cebreros, El Hoyo de Pinares, Candeleda y Pedro Bernardo.

Quienes se deleitan con la montaña y las excursiones al aire libre encuentran en el Valle del Tiétar su particular paraíso natural. En sus inmediaciones se puede visitar, por ejemplo, la localidad de Villarejo del Valle, situada en la falda sur de una de las más impresionantes riscaleras de la Sierra de Gredos, en una zona conocida como el Barranco de las Cinco Villas.

A su paso por la llanura, los ríos y las playas fluviales bosquejan una amplia variedad de paisajes atestados de caminos naturales aptos para los senderistas más exigentes. Resulta recomendable atravesar sus bosques, en los que habita el árbol característico de su paisaje, el castaño, autóctono del lugar y habitual en las zonas de gran humedad como en las cercanías de Cuevas del Valle. Además, el agua constituye un elemento cotidiano en la vida diaria de los vecinos de esta zona, que durante la época estival disfrutan de grandes piscinas naturales, muy típicas en esta región.

Otro destino que siempre sorprende a los visitantes de la zona son las Cuevas del Águila, ubicadas en las proximidades de Arenas de San Pedro. Con más de tres millones de años de antigüedad, siguen maravillando a los excursionistas con sus formaciones de estalactitas y estalagmitas, adquiriendo formas caprichosas que se asemejan a animales, cosas, etc., desde que fueran descubiertas, por casualidad, en 1963.

Los amantes de la naturaleza también descubren al acercarse al Valle del Tiétar que, junto con el águila imperial o el buitre leonado, las montañas de Gredos dan cobijo a una de las poblaciones más importantes de cabra montesa. La preocupación de la Corona en el pasado por este animal evitó su extinción, obstáculo que también el lobo ibérico, especie amenazada en las últimas décadas, parece haber superado. Su fauna también es variopinta otras zonas del valle, albergando importantes poblaciones de abejaruco, rabilargo, cigüeña negra, grulla, reptiles y otros mamíferos.

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