A siete kilómetros de Sevilla, la localidad de Santiponce preserva las ruinas de Italica, la primera ciudad enteramente romana de Hispalis. Se fundó en el 206 a.C. por orden de Escipión el Africano, para acoger a los soldados heridos en las guerras Púnicas. Marco Ulpio Trajano, padre del emperador, y Cayo Vallio Maximiano fueron algunas de las personas que por allí pasaron. Esta villa ocupaba un par de pequeñas colinas junto al Guadalquivir, que se denominan actualmente cerro de San Antonio y cerro de los Palacios. Ambas alturas fueron habitadas depués por los vecinos de la moderna población de Santiponce, que se asienta allí desde fines del siglo XVIII. Entre los restos que aún se conservan destacan el anfiteatro, uno de los mejor conservados de España, con capacidad para 25.000 personas, y una fosa, destinada a zona de servicio para los espectáculos con bestias y gladiadores. También se puede visitar el teatro, el templo de Trajano, las termas (conocidas como «baños de la reina mora») y las casas patricias.

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